En base a cómo se establezcan nuestras primeras relaciones iremos construyendo una idea de cómo es el mundo, cómo son los demás y qué necesitamos nosotros.
Los tres pilares de un apego seguro son la conexión emocional, la seguridad y la exploración.
La conexión emocional tiene que ver con sentirte comprendida por tu pareja.
Cada persona tiene unas necesidades respecto a la relación pero es importante que ambos miembros de la pareja conozcáis cuáles son vuestras necesidades y queréis que se atiendan.
La seguridad tiene que ver con sentir que tu relación de pareja es un espacio de seguridad donde puedes expresar lo que necesitas libremente.
Estar disponible implica que en ese momento pone el foco de atención en ti, te escucha sin interrumpirte, acoge tu emoción y no se desborda emocionalmente.
Respeta que te estés sintiendo así y no te exige que sea de otra forma, por ejemplo, no te dice frases como:
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Te lo tomas todo demasiado en serio
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No deberías ponerte así
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Siempre te pasa algo
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Yo no estoy para estas tonterías
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Tengo que hacer cosas importantes
La exploración tiene que ver con la necesidad de seguir creciendo en las áreas de tu vida.
Esto puede ser traducido en descubrir cosas nuevas, conseguir nuevos retos, salir de la zona de confort, conocer a nuevas personas, en definitiva, sentirte capaz de explorar el mundo aunque ello implique espacios donde tu pareja no esté.
Esta parte estaría cubierta si tu pareja permite que explores el mundo:
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Se muestra con disponibilidad, alegría y cariño cuando vas a hacer algo que para ti es importante aunque sea sin él/ella.
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Entiende que pases tiempo individualmente con tus amigos, familia, en el trabajo, haciendo algún viaje o actividad.
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Te acompaña a transitar los momentos que están siendo difíciles para ti y te anima a seguir.